A mi modo de ver hay una cuestión, muy interesante, cuando nos acercamos a la obra de un artista tan conocido como Goya: la reconstrucción de los ambientes históricos en los que habían surgido las obras de su mano, hoy expuestas en los grandes museos internacionales. Pero trayendo este cuestión al lugar del nacimiento del pintor, podemos quizás comprender mejor su composición de lugar o la manera de enfrentarse a la vida y los acontecimientos futuros. Su formación y las primeras contribuciones externas que le influirán, más o menos, en adelante. Y este asunto es también interesante como componente de carácter turístico en el lugar de nacimiento de esta clase de artistas universales.

Fachada

Valdrá esto en el caso que nos ocupa, sin duda para Zaragoza, o Madrid, o el mismo Burdeos. Razón por la cual en este blog, dedicado a Goya, se intenta como finalidad esencial transmitir y hacer comprensible a la sociedad la figura de Goya, así como la influencia de su obra y personalidad en la España de finales del XVIII y comienzos del XIX. Así como la trascendencia e influencia posterior fuera de España y finalmente en el mundo entero.

Si hoy, en junio de 2013, la palabra “Goya” en google hace referencia aproximadamente a cuarenta y cinco millones de   inserciones en internet, quiere decirse que el interés por Goya en el mundo es ciertamente muy alto. Y en consecuencia siempre estará bien conocer mejor el origen del artista, su tierra natal, las costumbres y la manera de vivir.

 

quevalor

Qué valor! Aguafuerte, aguatinta, punta seca, buril y bruñidor. 158 x 209 mm.

Y para empezar, nuestro interés por mostrar el ambiente general y artístico de una ciudad como Zaragoza, en la que Goya nació y vivió hasta su marcha a Madrid por primera vez a los 17 años y más tarde alternando con Zaragoza entre  1766-69, para emigrar definitivamente a Madrid “llamado por Mengs” como él mismo decía, a los 29 años; es decir, cómo era la ciudad y su ambiente y sobre todo qué aspecto tenía cuando el joven pintor iba y venía por las calles, monumentos e instituciones de su época. Qué queda todavía de aquello en una ciudad, Zaragoza, que tanto sufrió en la guerra de la independencia española y, más particularmente, en los terribles asedios del ejército de Napoleón Bonaparte en  1808 y 1809. Ciudad que terminaría por ser trágicamente destruida por la incuria de sus dirigentes y los devastadores efectos de un desarrollismo desenfrenado e ignorante, que ni respetó la realidad del patrimonio histórico, ni supo oponerse con energía a la funesta especulación inmobiliaria en la segunda mitad del siglo XX.

Patio

Retablo

En el colegio de las Escuelas Pías, Francisco de Goya recibió su primera enseñanza, compartiendo estudios, juegos y recreos con el que sería su mejor amigo, Martín Zapater. De la estructura original del edificio se conservan hoy en día un patio interior, una parte del claustro, la iglesia y su fachada, así como la parte de fachada del colegio que sigue la línea original y que es la adosada a la entrada de la iglesia. Esta fue construida en ladrillo con zócalo de piedra, bajo la protección del Arzobispo Castro Agüero, en 1736. El interior es de estilo barroco y orden compuesto. En forma de cruz y de una sola nave, el retablo mayor es de madera dorada, de mediados  del siglo XVIII, y está dedicado a Santo Tomás de Aquino, como homenaje a la figura de este Doctor de la Iglesia, patrono de todas las universidades y centros católicos de educación en todo el mundo.

Sn. José de C.

En el espíritu de “Gloria y Honor a Calasanz” además de ese correcto retablo mayor, destaca claramente otro retablo lateral dedicado a san José de Calasanz, con lienzo de la segunda mitad del XVIII, posiblemente de Ramón Bayeu según afirma el profesor Abbad Rios y que no recoge Morales y Marín en su catálogo, ni tampoco lo hace Ansón. En otro altar hay también un lienzo dedicado a san Roque, de escuela aragonesa anterior a Luzán, el que sería primer maestro de Goya.

Más allá de la casa paterna y las calles más próximas, en una ciudad pequeña como la Zaragoza de la época, es seguro que esta fue una de las primeras e interesantes impresiones     que Goya vivió cotidianamente en su infancia en el colegio de los Escolapios y que constituye, entre otras, obligada visita para el turista que quiera seguir las primeras vivencias zaragozanas de Francisco de Goya.

Gonzalo de Diego